acuaterrario diseño

Diseño del acuaterrario

Diseño acuaterrario
© Zootecnia doméstica. Der. Res

 

Hasta aquí, hemos intentado clasificar los diferentes montajes de que se componen los acuaterrarios. También han ido apareciendo las ventajas e inconvenientes de cada sistema. Ahora vamos a profundizar un poco en algunos aspectos técnicos y estéticos con el fin de prevenir futuros problemas en nuestra nueva instalación.

Aunque los gráficos representan a acuaterrarios divididos, los conceptos seguirán presentes en todos los montajes. Soy consciente de que algunos de ellos son perogrulladas o de una evidencia que tira de espaldas pero prefiero que os arméis de paciencia pues todos ellos aparecen aquí tras múltiples consultas tanto por parte de compañeros como propias.

 

Clima

 

Clima paludario
© Zootecnia domestica. Der. Res.

Diseñar un acuaterrario abierto tropical húmedo que será instalado en una estancia doméstica convencional ya es un problema. Los dos parámetros fundamentales que determinan un clima son la temperatura y humedad relativa. Esto en biotopos sujetos a climas estables y con pocas variaciones (Amplitud térmica diaria y anual) es bastante más fácil de conseguir pero en el caso de los sistemas destapados o abiertos dependerá directamente del clima de la sala, más aún si utilizamos focos como fuente de iluminación (Nada recomendable).

No trataremos el clima aquí porque ya lo hacemos detalladamente en la categoría de “Terrarios-Control del clima“. Allí veremos los diversos dispositivos de calefacción y humidificación así como algunos ejemplos de control en acuaterrarios de diversa índole.

En consecuencia: Salvo que dispongamos de un clima muy estable y coincidente con la selección de especies de nuestro acuaterrario, deberemos descartar los sistemas abiertos (Sin tapa)

 

Distribución de volúmenes (Cotas en altura)

 

Acuaterrario, niveles
© Zootecnia domestica. Der. Res.

Cuando tu montaje dispone de una altura de 30Cm y pretendemos una columna de agua de unos 12Cm como mínimo se nos presenta un problema tanto estético como volumétrico.

Sencillamente, no se concibe una representación de biotopo en la que el agua quede a un nivel superior que la tierra…

En consecuencia: Un acuaterrario cerrado requiere de cierta altura y en base a las medidas estandarizadas, convendrá partir de unos 40Cm de altura si buscamos una zona acuática funcional, plantada y filtrada dentro de una composición proporcionada y armónica.

 

La transición: El separador

 

Separador acuaterrario
© Guela. Crustaforo. Der. Res.

Las aristas rectas son antinaturales. Solemos recurrir a materiales poco o nada maleables como el vidrio o los plásticos para hacer separadores. Esta es una zona de compromiso a la hora de decorar el montaje pues por mucho que nos esforcemos, el separador seguirá siendo una superficie recta.

-Acumular rocas y troncos a modo de rampa o “playa” en las que intercalamos plantas acuáticas y sobretodo palustres es el recurso más socorrido.

-Tapar exteriormente con vinilo autoadhesivo negro la zona de transición es otro…

-Y quizás de tener buenas manos, el uso de espuma de poliuretano para hacer el separador convenientemente pintada o revestida sea el mejor recurso aunque engorroso. No nos debe extrañar que estén tan en boga los vivarios pues solucionan estos problemas como ningún otro sistema o truco.

Pero cuidado, a la hora de escoger y colocar nuestra decoración en esta delicada zona debemos tener en cuenta la capilaridad:

 

Capilaridad: De nuevo los vasos comunicantes…

 

Acuaterrario, capilaridad
© Zootecnia domestica. Der. Res.

Ya los tratamos de cerca en el apartado “Conectividad” y el fenómeno vuelve a aparecer con algunas novedades como el principio físico de capilaridad:

-“Fenómeno por el cual la superficie de un líquido en contacto con un sólido se eleva o deprime según aquel moje o no a este.”- (R.A.E.)

Vamos por partes para entenderlo. En el esquema de la izquierda hemos insertado un sifón en el separador. Como resultado, los niveles se equilibran inundando la zona terrestre…

 

 

Capilaridad acuaterrario
© Zootecnia domestica. Der. Res.

Pues ahora imaginemos un objeto poroso como una rama o raíz o incluso un amontonamiento de roca arenisca que queda sumergido en el agua y enterrado en la turba (Higroscópica, absorbe el agua).

En efecto, en cuestión de horas, días o semanas nos aparecerá de nuevo el mismo fenómeno.

 

 

 

Mechas en acuaterrario
© CasaBabylon. Der. Res.

Vaya, tenemos un problema? Pues según se mire. Si lo podemos prever, tan solo nos quedaremos con las grandes ventajas de la capilaridad. En el caso de los acuaterrarios de biotopos húmedos, este proceso supone una ayuda muy eficaz a la hora de mantener húmedos los sustratos de zonas elevadas, para muestra un botón. Me traigo una imagen del compañero CasaBabylon.

Como ya comentamos, unas tiras sintéticas de fregona (Mechas de hidrocultivo) harán de “transporte” ascendente del agua a la zonas elevadas con lo que proporcionaremos un microclima idóneo en el mantillo allí donde más difícil resulta.

 

 

Capilaridad, gráfico
© Zootecnia doméstica. Der. Res.

Este principio ya apareció anteriormente y muchos lo podemos ver trabajando en casa o la oficina si nos fijamos en las hidrojardineras.

 

 

 

 

 

En consecuencia: Debemos ser muy prudentes con la naturaleza de los objetos en las zonas de transición tierra-agua de los acuaterrarios. No deben ser higroscópicos o porosos y esto incluye la madera, ciertas rocas, fibras vegetales y derivados como lo son la fibra de coco, turbas de esfagnos y otras, pero no perdamos de vista las ventajas que esto ofrece.

 

Condensación, precipitación

 

En el esfuerzo por reproducir ambientes naturales en ocasiones nos encontramos con los mismos fenómenos que se dan a escala global: La física es la misma…

Hidrología acuaterrario
© Zootecnia doméstica. Der. Res.

Me podéis llamar repetitivo pero esta es probablemente la principal fuente de problemas en los acuaterrarios cerrados. Y si, es lo que parece, un símil en miniatura del ciclo del agua que se da en la mayoría de sistemas gracias al motor de la termodinámica. Esto se acentúa cuando tropicalizamos el montaje es decir, calentamos elevando la temperatura del sistema respecto a la del ambiente de la sala. La zona acuática (Y en parte la terrestre húmeda) evaporan agua constantemente. Las moléculas al entrar en contacto con cualquier superficie algo más fría condensan pasando a ser gotas. Estas cuando alcanzan cierto tamaño se dejan vencer por la gravedad y precipitan por todas partes. Esto incluye la zona terrestre, que llegarán a inundar si no proporcionamos una buena ventilación.

En consecuencia: Los acuaterrarios deben estar bien ventilados aunque esto conlleve un gasto energético añadido. La temperatura del agua de la cubeta deberá ser en lo posible ligeramente inferior a la del aire (Esto ya ocurre en los biotopos de origen).

 

Anoxia- Zonas anaeróbicas

 

Drenaje acuaterrario
© Zootecnia doméstica. Der. Res.

Asunto complejo este. Si permitimos el encharcamiento del sustrato terrestre más allá de unos 20mm se pueden desencadenar ciertos procesos. Un mantillo sano debe respirar medianamente, ser esponjoso y no compactarse en exceso. Podrá ser higroscópico (En ciertos biotopos permanentemente húmedos debe serlo) pero a la vez drenarse correctamente liberando el exceso de agua que precipitará al fondo o evaporará en las zonas superficiales. Estas son características de la mayoría de turbas y fibras vegetales. Se suelen utilizar las turbas, de esfagno o no, fibra de coco, Etc… Deberán “descansar” sobre una base imputrescible e inerte de arlita o lava volcánica, incluso sílice de cierta granulometría. Separar los medios no es posible a menos que utilicemos mallas o rejillas plásticas.

 

 

Anaerobiosis, gráfico
© Zootecnia doméstica. Der. Res.

El porqué de todo esto tiene que ver con procesos como la metanización que se dan en la putrefacción anaeróbica (Sin oxígeno) del medio.

Resumiendo mucho, como productos de este proceso resultan el ácido sulfhídrico y el metano entre otros que pueden acumularse enrareciendo peligrosamente el ambiente, sobretodo si tenemos fauna excavadora o la suerte de mantener el suelo vivo (Enquitréidos, lombrices, colémbolos, Etc…)

Los primeros síntomas se hacen evidentes cuando las plantas terrestres detienen su crecimiento y empiezan a decaer, en muchos casos sin alteraciones en el color. Llegados a ese punto las raíces empiezan a pudrirse, de tener lombrices saldrán a la superficie incluso a plena luz. Si practicamos un agujero en el sustrato percibiremos un olor a huevos podridos. Esto en el caso del exceso.

En la degradación completa de la materia orgánica la anaerobiosis tiene un papel importante y es por ello que uno o dos centímetros de turba permanentemente encharcada pueden ser hasta beneficiosos. Ya pudimos ver este complejo proceso en “El suelo“. Como experiencia propia, así mantuve buenas colonias de lombrices, enquitréidos y colémbolos en acuaterrario durante seis años, sin permitir rebasar esa columna de agua en el fondo del sustrato.

 

Drenaje

 

En este momento ya nos deberá quedar clara la importancia de un buen drenaje. No nos faltan motivos para anticiparnos a este problema tan común como engorroso que es el encharcamiento de la zona terrestre.

 

Drenaje acuaterrario
© Zootecnia doméstica. Der. Res.

Vuelvo a incluir este gráfico en el que podemos apreciar unos módulos de filtro de placa que separan el sustrato terrestre del suelo. A simple vista veremos cuando toca sifonar a través del tubo de aspiración… Si decidimos colocar vinilo autoadhesivo en el exterior para tapar la zona terrestre visible, deberemos dejar una ventana o “registro” para poder observar el nivel del agua.

Existen varias maneras de solucionarlo, siempre de cara a un mantenimiento más o menos regular o casi nulo en el caso de usar cánulas. No lo trataremos de nuevo pues ya aparece en el apartado “Fabricar un acuaterrario

 

Acidificación- tinción del agua

Acuaterrario, tinción
© Alberto Arcos. Der. Res.

 

Tinción agua
© Zootecnia doméstica. Der. Res.

Observemos el color de este agua (Imagen superior) Es obvio que ha cambiado radicalmente de color y esto obedece a diversos motivos. Las materias leñosas como lo son los troncos y raíces y las turbas y fibras vegetales ceden ácidos húmicos y tánicos al agua. En sistemas recirculados a través de sustratos (Vivarios con irrigación) este fenómeno aún es más perceptible. Otra fuente de coloides son las arcillas, a menudo parte integrante de los sustratos nutritivos por sus propiedades catiónicas (Uf! Nos preservan los nutrientes para ir liberándolos lentamente)

Paralelamente a este proceso, en el caso de los materiales leñosos y fibras vegetales, se produce una acidificación del pH que puede llegar a tamponarse a niveles muy bajos lo que puede resultar nefasto para animales y plantas.

Estamos hablando del exceso porque la ligera o moderada tinción por taninos y arcillas de las aguas es un fenómeno natural propio de multitud de biotopos e incluso necesario para muchas especies (Aguas negras)

En consecuencia: Los coloides de las arcillas a largo plazo tienden a precipitar, pero de poseer fauna bentónica (Peces, anfibios, etc… que remuevan el sustrato) el problema persistirá. Generalmente no suponen un problema para los animales aunque filtran la luz afectando a las plantas acuáticas.

Los taninos (Vegetales) se pueden evitar en parte curando adecuadamente los troncos y manteniendo sumergidas las fibras y turbas a base de cambios frecuentes de agua y previamente al montaje. Naturalmente perderán gran parte de nutrientes y deberemos tenerlo en cuenta abonando desde el arranque del sistema. En casos leves, el uso de carbón activado de primera clase puede mitigar el problema aunque se saturará en breve. Una vez usado, se retira y se reponen nutrientes en el agua.

 

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