Como construir un velero sin tener ni idea
Como construir un velero sin tener ni idea
No todo van a ser peces y acuarios en este blog y aunque este asunto no mantenga más vínculos con ellos que su utilidad para pescarlos, voy a postear aquí una chaladura que nos llevó dos años y medio de trabajo a base de fines de semana.
NOTA: Este tema lo publiqué por vez primera el 05-11-2014 en el foro AcuarioNorte. Parece que creó cierta expectación en la web siendo copiado y realojado hasta la saciedad. Este es el principal motivo por el que me he decidido a publicarlo «off topic» en este blog con una salvedad:
Voy a añadir algunas imágenes y explicaciones más, re-confirmando su autoría no ya por mí sino por mi augusto padre que por cierto, es ajeno a estas nimias cuestiones (Qué mundo este…)
La propuesta
Mayo del 2006 en algún lugar de la comarca de Osona (Barcelona, ha llovido ya). Nos encontramos reunidos la familia como casi cada fin de semana en una masía que alquilamos entre todos hace unos dos años cuando mi padre me hace partícipe de un proyecto que le ronda en la cabeza desde hace algún tiempo. El caso es que durante el invierno pasó parte de su tiempo libre construyendo una maqueta de un pequeño velero cuyos planos consiguió en internet. Algo que heredó del abuelo que fue marino antes de la guerra (Y durante también en el bando republicano, eso lo alejó de la náutica, la familia y temporalmente del país…) Lo que no me imaginaba yo es que la maquetita era tan solo un primer paso casi obligado.
No se anda con preparativos ni farragosas introducciones preparatorias y se limita a preguntarme si ando dispuesto a construirlo a escala real. La propuesta me deja perplejo aunque debería estar acostumbrado pues no es la primera propuesta aparentemente descabellada que me hace. Digo aparentemente porque por si acaso, ya tenía planificada la ubicación, proceso y dirección de obra del trabajito…
Hago constar que ni mi padre ni yo somos carpinteros, ni marineros ni hemos tenido nunca relación alguna con la náutica salvo que sabemos nadar.
En honor a la verdad, la rutina diaria del fin de semana en la casa comunal se limitaba a aguantar la resaca entre el griterío de los sobrinos y bien mirado, encerrarse en un taller podía ser hasta una bendición. Por otro lado, la construcción se haría «a la antigua» y la carpintería resultaba francamente económica (Para mí más, decidió correr con los gastos de materiales), así que acepté.
El proyecto
La maqueta a escala se realizó a partir de los planos liberados que los arquitectos navales Albert Nazarov & Maxim Kovalyov (Sevastopol, Ucrania) cedieron gratuítamente. Concretamente un velero deportivo de 6m. de eslora al que llamaron «Pilgrim».
Aprovechando los planos y para hacerme una idea de lo que nos llevábamos entre manos, me puse a modelar en 3D el proyecto, el mejor modo de situarlo en el espacio porque de hecho, estaba en franca desventaja frente a mi padre y era este un paso que me facilitaría bastante la comprensión del proyecto. Para no aburriros con rayas y cotas ahí van unos renders:
Que en breve pondrán de manifiesto lo fácil que es dibujar si lo comparamos con construir…
El primer «astillero» (Interior)
La idea es preparar en el primer fin de semana el taller interior y hacer acopio entre todos de las herramientas y maquinaria disponibles para comprar lo que nos pueda hacer falta. En el exterior las temperaturas invernales son inclementes y se congela hasta la grasa de la maquinaria. La intención es que llegado el mes de abril, cuando las temperaturas empiecen a subir, podamos comenzar a trabajar con resinas, barnices y pinturas sin problemas. Para entonces habremos armado el barco y cerrado el cobertizo (Segundo «astillero» y definitivo). Aquí prepararemos las faenas que se pueden realizar en invierno.
Pues si, es una cuadra! No necesitaremos más por el momento y en ella aprovecharemos todo un invierno. Estrategia? Construcción modular. Aquí armaremos las cuadernas y planificaremos todo para su ensamblaje definitivo ya en el granero.
He dicho cuadernas? Ahora veremos de que va…
A saber, hemos de montar todos los «anillos» en madera que sujetan y dan forma a la estructura. Trabajar en el suelo es engorroso y la mínima desviación dará al traste con los ajustes durante el armado. Solución: Una «mesa vertical». Un banco de trabajo cómodo y sobretodo plano.
Arriba: Aquí tenemos a menda («Ramón de Zootecnia») mostrando años ha, su incipiente moscódromo occipital. Hoy en día ya se puede considerar un solar… En este caso, dibujando y recortando las plantillas en papel que copiaremos sobre el laminado para cortar las uniones.
Como de carpintería ni idea, pues recurrimos al dibujo para hacer los patrones de las cuadernas sobre el tablero de trabajo. De ese modo iremos montando uno a uno todos los elementos que compone cada cuaderna. Un empacho previo de ángulos, reglas y lápices para pasar después a las sierras…
Imagen extra, oiga!:
Los ajustes en los encastres deben ser minuciosos si queremos que las costillas trasladen la curvatura correcta al casco:
Y claro, la madera como material vivo que es, presenta sus peculiaridades… (Y no es bonito?):
Una a una (A fin de semana por cuaderna) fuimos ensamblando todas ellas hasta llegar la primavera:
El «astillero» definitivo
Llegó la primavera! (Ha pasado un año) Las temperaturas empiezan a ser soportables y tanto la maquinaria como la droguería responderán decentemente. Os presento el astillero definitivo, donde se realizó el «armado»:
Entrada al granero en el que se hizo el armado. Hoy mi sobrino mayor (El chaval de la foto) es abogado y mide casi dos metros. El viejo Suzuki todavía es mi único coche. Tuvimos que dotar al astillero de serias medidas de seguridad ante el espionaje industrial…
Llegados a este punto miraré de ser breve pero es imprescindible entrar en asuntos «tech».
Necesitamos colocar en el espacio una serie de cuadernas que darán forma a un futuro barco. No solo deben estar en su sitio sino que la precisión en este sentido no admite mucho margen… Algunas deliberaciones delante del fuego durante el invierno nos llevaron al punto de montar una base de raíles sólida (Pesada). Dado que el presupuesto era de mercadillo pues eso, reciclando vigas oxidadas…
Mucho trabajo con niveles, metro y cuñas para que quedaran a la distancia justa y más trabajo de metro para hacer los puentes que harán de soporte a cada cuaderna:
Ya podemos ir colocando y ajustando cada una en su sitio. Al principio, tan solo una extraña «performance» incomprensible y aparentemente caótica…
Pero en dos semanas empiezan a dibujarse los primeros trazos de la obra (Esta foto es a mi gusto la mejor): «Se obra el primer milagro»:
Algún retraso justificado
Por donde iba…?
Eso, ha pasado el primer año (Parezco el abuelo cebolleta) y afortunadamente hasta ahora no nos hemos planteado ningún plazo de entrega. Son muchos los motivos por los que una obra puede retrasarse. El entorno tiene mucho que ver y una casa de campo te hace vivir (Disfrutar y padecer) las estaciones. Han sido dos inviernos y tres veranos. Tres meses antes de iniciar el proyecto:
Invierno (Obvio)
Primavera. Este era el objetivo inicial, pasearse al lado de casa en barca por los pantanos de Sau y Susqueda, un entorno de película y un fin concreto…
Verano. Pues eso… (Silurus glanis, especie invasora que alcanza los dos metros y medio que está devastando también la cuenca del Ter. Este lo pescó mi primo Charly, conste en acta. Una «cría» de poco más de un metro. Apareció «misteriosamente» bajo la colchoneta hinchable en la piscina de los críos. Fliparon, sobretodo las madres…):
Otoño. Era de prever, otro motivo justificado de retraso que nos hizo perder varios fines de semana…
Obra el verdadero «milagro»
Este es para mi el momento mágico de todo el proceso. Decía que dibujar es fácil comparado con construir pero aún es más difícil diseñar y aquí se demostró con creces la magia de un buen diseño. Fue empezar a montar las costillas y de repente aparecen las curvas:
Con el único precio de respetar escrupulosamente todas las medidas.
Y llegó el momento de construir la quilla. Un quebradero de cabeza que nos llevó dos meses. Localiza unos tablones de roble macizo, llévalos a laminar a un taller de Barcelona. Corta los tableros en tramos. Primer trabajo con resina epoxy: Construir un laminado de roble que será la columna vertebral de la estructura.
Y que luego deberemos mecanizar practicando la fisura central por la que pasará la horza (La horza es esa quilla que cuelga debajo de los veleros para dar estabilidad):
Debo decir que la quilla en roble pesaba un dolor y no resultó nada fácil ajustarla a la estructura del casco pero se consiguió aceptablemente al segundo intento. Otra hermosa imagen:
Ya tenemos el «esqueleto»! Empieza el panelado.
El panelado
Hemos de cubrir ese casco con laminado de okume fenólico marino de un hermoso color naranja (Como me hubiera gustado barnizarlo en vez de pintarlo pero además de caro, técnicamente suponía unos acabados propios de un profesional…)
Es otra faena de ajuste complejo y en nuestro caso decidimos aplicar de nuevo el «método alternativo». Clavamos una serie de puntas sobre el armazón en el perímetro del futuro panel. Extendemos y clavamos un papel de estraza: Será el patrón (Ahora de costureros):
Una vez cortado cada panel y ajustado, se bisela…
…para rejuntarlo con una masa de epoxy y serrín (Antiguo calafateado de juntas):
La criatura toma forma y lentamente aparece el casco:
El encanto de las curvas se hace más patente día a día…
Lija y más lija…
Dos lijadoras sucumbieron durante el proyecto. Esta etapa llevó más tiempo del que hubiera imaginado. Bolsas y bolsas de serrín y muchas mascarillas. Esto no tuvimos gónadas de hacerlo a mano:
Pero tras darle una buena ducha para retirar el polvo, me enamoré…
Enresinado
Y del mismo modo, llegó el desamor… Toca enresinar el casco. Kilos y kilos de resina epoxy y bastantes metros de guata de fibra de vidrio tienen que proporcionar tanto resistencia como estanqueidad al conjunto. Las resinas se compraron en Italia a muy buen precio por aquellos años. Habiendo hecho las consultas de rigor a dos armadores profesionales abrieron los ojos y coincidieron al decir que lo nuestro era un «rompehielos» en miniatura (Preferimos tomarlo como un cumplido…)
Pintado
Más pintura epoxy… Poco que comentar salvo mi falta de traza.
Pasamos a la obra muerta
Y por fin, un evento más que esperado. Andábamos locos por que llegara el día de «darle la vuelta» al engendro. Pasamos a la «obra muerta» de la construcción (En náutica se le llama obra muerta a aquella parte emergida de una nave) y esto supuso cierta logística basada en un paellón espectacular de mano de las cocineras de la casa (Soberbias, capitaneadas por mi tía) y un grupo de amigos. Hubo que abrir el astillero y nuestro barquito vio la luz por vez primera aunque fuese por un rato.
A estas fotos les tengo cierto aprecio:
Una tarea imprescindible de la que se habla poco. La intendencia forma parte de todo proyecto. Puedo dar fe de que una plantilla bien alimentada rinde al máximo:
…y de vuelta a la atarazana (Bonita palabra):
De nuevo hubo que apuntalar el barco, cerrar el «hangar» y sobretodo, digerir el homenaje en buena compañía. Esa tarde se trabajó poco.
Las cubiertas
Esto se hace ya largo y no repetiremos los pasos anteriores. Tenemos la chalupa en su posición natural y toca hacer las cubiertas. Esto requiere de un pintado previo de la zona interior ahora que tenemos mejor acceso que cuando lo cerremos. En este caso, epoxy a pistola así que toca usar escafandra:
Replanteando el listonado de proa…
Y ya pintando:
Del mismo modo que hicimos con el casco, ahora toca pasar a cubierta. Panelaremos del mismo modo pero con más dificultad pues la curvatura de la cabina complica las cosas.
Este ha sido el panel más difícil con diferencia de todo el asunto. Una curvatura de mil demonios que hace de parabrisas y remata la arista del puente recorriendo toda la cabina. Por qué no hacerla por partes? Para evitar aristas indeseadas: Una sola pieza.
Estos dos tableros supusieron todo un fin de semana…
Esto ya va en serio y se aprecia en las cubiertas:
Un detalle «tech» que pone en evidencia la solidez del asunto. El macizado o rejuntado es epoxy con carga de serrín grueso (Casi viruta) y aquí las lijas las pasan canutas:
No quise sorpresas en este sentido y me puse a saltar como un energúmeno sobre la cubierta aunque descalzo, claro. No soy un peso pluma precisamente y salvo mucho ruido, el asunto aguanta!
Camarote
Hasta ahora hemos seguido escrupulosamente las indicaciones de los planos pero llega el momento de planificar el «mobiliario» de camarote. El caso es que no aparecía en los planos de forma detallada el interior pero las cuatro plazas suponían montar una cama doble bajo el «cockpit» (Cubierta de popa). Eso supone arrastrarse por un agujero y echarse a un lado para que entre el siguiente… Descartada la cama «nicho».
Había que estudiarse el asunto y lo dejamos como en el diseño original pero con mesa abatible. En caso de necesidad, dos se aprietan y…
Finalmente la cosa se hizo así y sin matarse demasiado, ahora explicaré el porqué:
Empiezan los problemas de verdad
1- Ya tenemos fecha de entrega forzada. Aquella casa que manteníamos entre todos se tornó prohibitiva. Reducción de sueldos. Amenazas de despidos. Cambios en la propiedad de las empresas. A varios de nosotros nos empezó a afectar aquello que llamaron crisis y hoy sabemos que es fraude. País…
2- Tras numerosas gestiones y encuentros en Capitanía Marítima antes de empezar con esto, nos hacen saber que la legalización de una embarcación autoconstruida debe atenerse a la normativa única. La misma que atañe a la construcción de un ferry o un petrolero y requiere de proyecto de obra (Ya lo tenemos), licencia de obras (Hay que pagarla y vale más que los materiales), legalización de astillero, inspecciones de los trabajos, toma de muestras para verificar calidad de materiales…
En Francia sin ir más lejos, atamos tres bidones, le ponemos nombre y nos echamos a la mar sin transportar a nadie cobrando y es legal. Conscientes de tamaño despropósito, los mismos funcionarios se nos ofrecen para el tutelado de la obra y las visitas pertinentes pero la tramitación es ineludible (Bandera pirata). País…
3- Al perder la casa, perderemos el «parking» y alquilar un amarre tampoco sería viable ni legal ni económicamente.
4- Dadas las prisas, decidimos no comprar el mástil y las velas y a cambio conseguimos un pequeño fueraborda de cinco caballos (Diminuto) y lógicamente el equipo de seguridad reglamentario (Chalecos, balizas, etc…).
Total, hay que llevárselo a Galicia habiendo conseguido el permiso correspondiente de la Confederación Hidrográfica del Miño y alucina, con su correspondiente seguro (No hubo problema y no salió nada caro).
Consecuencias
-Solo navegará agua dulce y tan solo en la cuenca del Miño para la que dispone de todos los permisos. (Vivimos a 1000Km…)
-Será una embarcación a motor con casco de velero deportivo.
-Nos ahorramos la construcción de la horza de metal de 120Kg. (Pronto veréis lo importante de este dato)
-Nos ahorramos el timón.
-Ahora entenderéis porqué le falta el mascarón de proa: No sobrepasa por centímetros el límite legal de 600Cm.
Tras la relación de despropósitos y el bonito ejemplo de ineficacia que caracteriza a nuestras instituciones salvo cuando hay por medio ingentes cantidades de dinero, proseguimos a toda velocidad con el asunto.
Los acabados de última hora: Pintado, pasamanos, etc…
El viaje
Conseguimos un remolque que venderíamos semanas después del gran viaje y llega el día!
El viaje fue largo pero sin problemas. Me sorprendió gratamente la aerodinámica de un velero tirado por un coche. Los habituales golpes de viento al atravesar el Ebro por Zaragoza daban menos problemas que con una simple furgoneta (Ford Transit L3H2) con la que había trabajado. Así que llegamos fuimos a botarlo.
Botadura
Alegría, alboroto y al churrasco Casa Pepe a remojarlo!
Y al volver: Vía de agua… Motivo? Tres días antes decidimos cerrar la fisura de la horza con espuma de poliuretano que al expandirse reventó el anclaje en resina del cajón de la horza justo en la base del casco… -«No subestimes el poder de la espuma de poliuretano.»-
Foto gris, la que menos me gusta:
Cuando llamamos al camión grúa 4×4 (Una bestia) que nos localizaron unos amigos chantadinos iba «técnicamente borracho»… Menos mal que el resto de la familia tomó las decisiones oportunas.
Y vuelve el factor humano.
La gente de Chantada se volcó en el tema así que tuvieron noticia. A las dos horas teníamos el camión grúa. A las tres ya nos habían ofrecido un almacén de materiales de construcción con el correspondiente toro para hacer las maniobras. Montamos una bancada de trabajo con varios palés de bordillos a un metro y pico de altura asegurando el barco. Teníamos quince días de vacaciones para repararlo, rebotarlo y disfrutarlo!
Resina epoxídica náutica en el centro de Galicia? Je, je… Para Vigo! Llegamos al puerto y empezamos a remover aquí y allá hasta dar con un trabajador (Este profesional) que nos dijo que era festivo y no encontraríamos. Le explicamos la situación y nos pasó un pequeño bote y su catalizador. No nos quiso cobrar…
Ahora solo falta que deje de llover para reparar la junta de la horza: Siete días lloviendo ininterrumpidamente…
Y salió el sol! Al agua patos!
Otra borrachera! Esta duró dos días… Recorriendo Os Peares de adega en adega con una embarcación ingobernable porque no me salió de las gónadas perder los días que me quedaban en lastrarla y equilibrarla. Eso ya lo hice el verano siguiente.
La Ribeira Sacra, un paraíso… que tiene hasta playas (Praia da Cova)
Pasé varios días «viviendo» en el barquito recogiendo amigos aquí, familia allá y por las noches… Hasta montamos una juerga improvisada con gente del lugar.
El segundo día, el patrón del catamarán turístico no pudo evitar la tentación de desviarse y acercarse cargado de guiris para preguntar por la extraña embarcación mientras iba sonando una cinta grabada explicativa a todo volumen, surrealista.
Sin duda, este ha sido uno de los proyectos con los que más he disfrutado y padecido de todos en los que me he metido. Eso no tiene precio.
Y colorín colorado, eso…
Agradecimientos:
A toda la familia y amigos que nos echaron una mano tanto en el proceso de construcción como en su botadura y reparación.
Muy especialmente a los ingenieros navales Albert Nazarov & Maxim Kovalyov que desinteresadamente liberaron su diseño a todo aquel dispuesto a llevarlo a cabo.
Texto: RCG.Zootecnia Doméstica. Der.Res
Fotos: RCG y RCC. Zootecnia Doméstica. CCBYSA4.o. Attribution
Infografías: RCG. Zootecnia Doméstica. Der.Res.
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