Entre volcanes
Entre volcanes (450 msnm.)
Apenas llevamos doce kilómetros de río, estamos a unos ocho del primer “accidente” en forma de cascadas y ya nos topamos ante otro cambio radical: Entramos en la zona volcánica. Ortofoto der.: F-Fuentes, R-Zona rocosa perimetral del valle, A-Zona arcillosa central del valle y V-Zona volcánica. (Imagen y marquesina propiedad de ICC). Para situarte en el mapa pulsa aquí.
No hablaremos de vulcanología pero será inevitable tratar su impacto pues en mayor o menor medida va a marcar el resto del trayecto, hasta el punto de transformar dramáticamente el paisaje subacuático y dejar su impronta ocasional incluso en pleno delta (Desembocadura).
Vuelven los rápidos, pero esta vez con una fisonomía marcadamente distinta. Cada vez tengo más claro lo acertado de elegir el río Fluviá, es el paraíso de un “cazador de biotopos…” (Y supongo que también el de los geólogos). Vamos a echar un vistazo:
Entramos en la cubeta volcánica
-“El agua siempre encuentra el camino más fácil (La lava también…)”-
Nuestro río empieza a hacer honor al calificativo, dejando de ser un cauce temporal. Se ha nutrido de numerosos afluentes que le aportan cierta estabilidad y con ella aparece una mayor biodiversidad. Paralelamente, se da la extraña circunstancia de tener que atravesar una de las escasas zonas volcánicas de la península y a pesar de la imperturbable cobertura de algas filamentosas que “devoran” toda superficie, el paisaje sufre un cambio radical:
Aparecen el basalto (Imagen Der., marquesina) y las gredas (Puzolana volcánica).
Dejamos atrás el Valle de Bas y descendemos apenas treinta metros sobre el nivel del mar pero rápidamente hasta llegar a la siguiente planicie. La cubeta volcánica de Olot está rodeada por multitud de volcanes extinguidos que en su día emitieron gran cantidad de materiales.
No obstante, el paisaje presenta el mismo tapiz de algas que dejamos en el tramo anterior lo que impide apreciar el cambio a negro. Para colmo de males, esta primavera (Mayo del 2014) está sufriendo una sequía anómala y no ha habido crecidas destacables que limpiasen las algas.
La ribera
Es cierto que el tramo anterior fue especialmente denso en cuanto a contenidos aunque escaso en especies.
Mucho de lo allí descrito seguirá presente a lo largo de esta zona y no es una excepción el talud de sedimentos rocosos que aquí vuelve a aparecer con una salvedad: Los cantos y rocas ahora son diversos al mezclarse el basalto y la puzolana con los cantos calcáreos que el río transporta desde el Valle de Bas.
Esta imagen muestra el talud ahora ya compuesto de diferentes tipos de roca y el invariable fondo cubierto de algas. Esta será una característica importante y muy descriptiva de los biotopos del tramo medio.
El suelo
No podía ser de otro modo, un fiel reflejo multicolor de los taludes. Negro: Basalto/ Rojo: Puzolana/ Beige, blanco y ocres: Calizas…
Vaya, y el naranja y verde? Van apareciendo los síntomas de la presión humana en forma de residuos. El naranja es cerámica erosionada procedente de materiales de construcción, muy antigua y presente ya desde el gran terremoto de 1427 que arrasó la ciudad de Olot… El verde es vidrio. Para no herir sensibilidades todavía, he retirado algún residuo plástico. En la imagen derecha, la gravilla, de granulometría 4-8 mm. y cuyos colores resultan muy similares a algunas mezclas de gravas comunes en acuario…
A destacar el diferente grado de erosión de los materiales volcánicos respecto a los calizos. Tres motivos: Los calizos llevan más trayecto recorrido, mayor tiempo sometidos a erosión, son solubles al agua (Erosión química) y los basálticos son mucho más duros e inertes (Insolubles).
La presencia de limos y materia orgánica ya es muy alta en esta zona aunque no parece repercutir en una aparición destacable de plantas acuáticas, todavía.
Sin embargo, el bosque de galería que rodea al río es cada vez más frondoso y provee de cierta sombra al lecho serpenteando a lo largo de esta pequeña planicie de escasos kilómetros.
Seguimos… llegan más rápidos.
Abandonamos la cubeta que no la zona basáltica, pues se extenderá bastantes kilómetros más abajo hasta llegar a los barrancos de Castellfollit de la Roca. Nada más salir de Olot, comienza un descenso vertiginoso en el que se hacen presentes los quiebros en basalto y las represas artificiales de uso industrial, hoy en parte obsoletas.
En la imagen derecha, la pertinaz sequía y el desvío artificial del caudal se hace patente y muestra la roca desnuda, ahora emergida y desprovista de algas…
Debajo: Llegamos al municipio de La Caña (La Canya), el valle se estrecha y el río se ve obligado a salvar fuertes desniveles. Una gruesa capa de basalto muestra lo que tuvo que ser en otro tiempo un paisaje dantesco… y ya en nuestros días, una represa hidráulica de la revolución industrial retiene el agua y dificulta el tránsito de las especies.
Salvado este desnivel, entrará en «Sant Joan les Fonts» (“…de las Fuentes”, luego veremos el porqué en el apartado GEO) y se paseará plácidamente hasta llegar a la base del barranco basáltico de Castellfollit, un famoso lugar que muestra unas impresionantes columnas y marca tanto el final de la zona volcánica del río como el de su tramo alto.
Afortunadamente, pese a la sequía, los caudales mínimos están garantizados y es un placer contemplar como las nuevas generaciones de alevines se concentran en cardúmenes de hasta tres especies. He podido comprobar que este ha sido un año especialmente bueno en este sentido pues como iremos viendo en sucesivas imágenes, resulta difícil hacer una macrofotografía de un rincón sin que aparezcan diminutos alevines en sus primeros estadios. Esperanzador.
No en vano, la presencia de algas y biofilm en abundancia proporciona gran cantidad de infusorios y demás invertebrados planctónicos fundamentales en estas primeras fases de crecimiento (No hay mal que por bien no venga… Pero es fundamental que aumenten las precipitaciones antes del verano)
Total, que me he vuelto loco fotografiando cardúmenes prácticamente a unos escasos 50Cm eso sí, tras tomar cierta confianza (Y destrozarme la espalda esperando…)
Biotopos
El lecho pedregoso
Otro viejo conocido de los acuaristas, aunque a menudo limitado a paredes traseras a causa de las proporciones estándar de los tanques comerciales, largos y estrechos.
Es un biotopo presente desde el nacimiento del río aunque en nuestras fuentes tan solo aparecía testimonialmente. He preferido presentarlo ahora aprovechando la mayor presencia de peces.
Todo un universo se oculta bajo estas piedras. Multitud de invertebrados como anélidos, larvas de frigáneas, moluscos, Etc… se refugian aquí. Basta tan solo con levantar una y girarla rápidamente para observarlos en gran número, especialmente las larvas de insecto en fase acuática.
Los peces frecuentan estos escondites tanto alevines como adultos. En esta zona, he visto compartir el mismo hueco a tres especies simultáneamente.
En este caso, un cardumen de barbos de montaña de diferentes edades pendientes de mi sombra.
No resulta raro ver también a alguna Natrix sp. (Culebra de agua) hacer lo mismo o recorrerlo piedra a piedra para cazar algún pez despistado.
De vez en cuando podemos encontrar sanguijuelas, hydras, planarias a la espera de alimentarse y resulta un lugar frecuentado por moluscos como las límneas.
En la imagen, una sanguijuela de tamaño ya considerable desplazándose entre las piedras donde suelen apostarse a la espera de que pase el ganado.
Nuestro primer juncal de ribera
Biotopo a partir de ahora omnipresente hasta llegar a ser casi monotípico en la ribera.
Juncales, carrizales, cañizales, espadañales… Poco a poco los iremos describiendo aunque a los efectos que nos ocupan, pocas variaciones presentan salvo por el tramo que pueblan, de ahí su interés.
En definitiva, se trata de la aparición generalmente en la ribera, de una comunidad de ejemplares de una especie de planta palustre emergida que sirve de soporte a toda una comunidad biológica.
Forman unos biotopos biodiversos y atractivos que raramente se reproducen en acuario por cuestiones de tamaño (Son de alto porte) y que presenta ciertas dificultades técnicas (Acuaterrario o paludario de alta iluminación y espectro corregido). Sin duda, es el más recurrido en estanques al aire libre sin apenas exigencias… (Como la naturaleza no hay nada). Por ser este un pionero en el límite de su distribución, no lo trataremos aún de cerca y lo incluiremos tan solo como “aperitivo”. Ya habrá tiempo…
Lo que si me veo en la obligación de mostraros es la gran oportunidad que supone para los alevines recién eclosionados (Y ya juveniles) a la hora de refugiarse y alimentarse. En estas comunidades el caudal se ve retenido y las aguas se calman.
La baja profundidad impide el acceso a los grandes peces depredadores y la acumulación de materia vegetal provoca una explosión de infusorios (Zooplancton) del que se alimentarán ávida y constantemente:
Banco de alevines (Creo que de Squalius laietanus, bagra) alimentándose ávidamente con relativa seguridad en este refugio.
Aunque el lugar no está exento de peligros pues es el apostadero preferido de zancudas, mamíferos acuáticos (Visones, ratas de río, Etc…) y claro, las serpientes acuáticas.
En esta imagen podemos observar a una cría del pasado verano de Natrix maura (Culebra viperina) acechando enredada entre las raíces de los juncos a la espera de que entren a devorar alevines y zooplancton los peces juveniles de los que se alimenta. (Apenas se intuyen varios de ellos en la superficie y al fondo)
Las pozas temporales
El caudal del río es variable. Esta fluctuación en el nivel se hace manifiesta cuando durante las sequías desciende apareciendo pozas aisladas aunque desgraciadamente también interviene la gestión de los canales subsidiarios que en algunas zonas como esta, restan caudal al cauce natural.
Es frecuente encontrarlas incluso de pequeño tamaño abarrotadas de vida. Una superpoblación transitoria en la que subsisten como pueden las especies atrapadas.
En esta misma zona, remontando el río, pasé bajo un puente y pude observar una pequeña poza junto a la zapata en permanente sombra (Afótica). Decidí meter la cámara en el pequeño “charco” (Apenas un metro por medio metro y unos 40Cm de profundidad) y aún haciendo uso del flash (Desaconsejable pero aquí imprescindible) y mi natural falta de pericia:
Todo un microcosmos “enlatado” intenta sobrevivir, en el que se encuentran depredadores y presas a escasos centímetros de distancia. Juveniles de notonecta aún incapaces de volar, junto a alevines de pocos milímetros, alguna daphnia, cyclops o hidrácnido superviviente (No alcanzo a reconocerlos), caracoles alimentándose de algas diatomeas (Marrones) y si bajamos aún más la cámara…
Una colonia de tubifex (Tubifex tubifex, gusano oligoqueto dotado de hemoglobina, de locos…) anclada al sustrato y haciendo de filtro que recuerda vagamente a una anémona marina… Un “microbiotopo” extremo en el que por circunstancias y temporalmente, sin renovación de agua ni apenas luz, la vida se abre camino a la espera de una crecida.
ALGUNAS ESPECIES (Pendiente de inventariar…)
Peces
Barbus meridionalis, Cyprinus carpio, Squalius laietanus, Oncorhynchus mykiss, Phoxinus phoxinus…
Anfibios y reptiles
Alytes obstetricans, Bufo bufo, Bufo calamita, Hyla meridionalis, Natrix natrix, Natrix maura…
Crustáceos
Austropotamobius pallipes (?), Pacifastacus leniusculus, Procambarus clarkii, Radix auricularia,
Flora
Alnus glutinosa…
Hay una máxima que se repite con frecuencia en este trabajo, aquella que versa: -“El agua siempre encuentra el camino más fácil”-
Acabamos de entrar en la cuenca volcánica de Olot.
Multitud de volcanes extinguidos hoy cubiertos por bosques frondosos dan fe de ello, pero esto se hace evidente sobretodo allí donde la cobertura vegetal desaparece: El lecho de los ríos y los barrancos basálticos. Es fácil entender ahora que afecte directamente a los biotopos.
Hubo un tiempo en el que numerosas erupciones emitían cantidades ingentes de lava viscosa. Ésta como fluido que es, optó por el camino más rápido y sencillo cubriendo paulatinamente el lecho del río y substituyendo así momentáneamente el agua por la lava, que rápidamente se enfriaba y cedía su lugar al agua. Capas y capas de coladas basálticas se acumularon recorriendo el curso y transformaron el paisaje hasta hoy. Imagen superior: Volcán Croscat, usado para la extracción de greda volcánica, hoy nos muestra su perfil. Toda una lección de geología y una visita interesante junto al hayedo de Jordá (Fageda d´En Jordà)
Materiales volcánicos
Fundamentalmente son dos tipos de roca volcánica las que se muestran en estos parajes aunque existen de composición intermedia lo que da lugar a esponjosas gredas negras (Más escasas) frente al basalto y la greda roja.
Basalto: Roca ígnea volcánica de color oscuro rica en silicatos de magnesio y hierro. Aquí abunda el basalto vesiculado, que presenta multitud de poros similares a burbujas producidos por la liberación de los gases.
En acuariofilia acostumbra a ser inerte aunque a menudo puede contener mucho hierro y cederlo al agua.
Greda, lapilli, puzolana: Lava muy porosa generalmente negra que debido a la alta presencia de hierro y arcillas se torna de color rojo, aquí muy presente y mayoritaria.
Se descompone en lapilli, una granulometría de 2-64mm formando grandes acumulaciones en la zona.
Otro material muy común en acuario tanto como roca decorativa, sustrato (Abrasivo) o como un excelente material de soporte en filtros biológicos. Puede ceder hierro, raramente azufre.
Volvemos al río
Retomamos los “perfiles geológicos” allí donde los dejamos en la zona del Valle de Bas.
Esquema: Hemos entrado en la zona volcánica y una capa de basalto cubre el lecho que originariamente era calizo, como el resto del cauce.
Hemos observado alteraciones en el caudal a causa de la intervención de los cursos subterráneos. Pudimos ver como la zona rocosa del valle dejaba filtrar el agua cargando la capa freática que transcurría bajo el lecho aparente desecando parcialmente el curso y volviendo a aparecer en parte, pasada la zona arcillosa.
Ahora veremos que ocurre con el resto del acuífero subterráneo:
Tenemos dos cauces en dos planos, uno sobre el otro, en ocasiones en paralelo pero no siempre. El acuífero recogió las aguas del río más arriba pero también las escorrentías de las laderas limítrofes a la capa basáltica.
Sucesivas erupciones espaciadas en el tiempo fueron agregando capas de basalto que cubrían de nuevo el lecho de rocas del río formando hasta tres capas de basalto de diferentes periodos separadas por materiales rocosos transportados por el río y añadiéndose nuevos acuíferos formando una red compleja. Es el caso del volcán de Batet y los lechos de St. Joan les Fonts.
Con el paso del tiempo, los movimientos sísmicos y la erosión han fracturado estas capas en numerosos puntos y es cuando aparecen las fuentes en gran número que también dieron lugar al nombre del pueblo (St Joan les Fonts).
El grosor y superficie del basalto es irregular y se acumuló en gran medida en algunas zonas (La Canya, St Joan les Fonts, Castellfollit de la Roca). El enfriamiento súbito de una colada basáltica provoca su cristalización apareciendo las columnas.
Esta acumulación llega a impresionar y dar nombre a Castellfollit de la Roca.
En la imagen, típica postal en la que apreciamos los 40m. de altura de la colada basáltica sobre la que se edificó el pueblo.
Aquí finalizamos la descripción del tramo alto del río. En breve recibiremos al Llierca, inicio del tramo medio, pero no trataremos más los aspectos geológicos salvo algún apunte de interés que pueda ir apareciendo.
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Situación
Estamos en Tramo Alto 3 (TA3)
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