Manipulación
Manipulación
-”Debo avisar que este tema puede herir sensibilidades de forma directamente proporcional al morbo que despierta. Morbo que tantísimo daño ha hecho y todavía hace a los reptiles y anfibios. Aquí lo vamos a tratar con el mismo pragmatismo y espero que seriedad que he intentado imprimir a lo largo de todo este trabajo.”-
Manipular reptiles a menudo no es fácil no ya por cuestiones de seguridad sino de respeto hacia la integridad del animal. Son muchos los casos en que manipular requiere tener un conocimiento previo de los puntos frágiles y sobretodo los fuertes y ofensivos que caracterizan la defensa de cada especie.
Son muchas las respuestas aparentemente anecdóticas que nos pueden acarrear un disgusto. A lo largo de este trabajo he eludido hablar de la estabulación de serpientes venenosas. Los motivos son muy claros. En primer lugar porque tan solo he mantenido algunas especies eso sí, conocedor de todo lo que se debe saber y tanto dónde están los sueros como el estoc. Por otro lado, hasta hace muy poco en el estado español la tenencia de serpientes venenosas no estaba en absoluto regulada y por tanto era alegal. Simplemente por una cuestión de principios preferimos no suministrarlas y tan solo recuerdo un par de casos en los que vendiera animales de este tipo. Fue por encargo y facturados a instituciones conocidas y no personas. Por lo tanto no trataremos este tema, primero porque no tengo la suficiente experiencia y segundo porque el que se centra en estas especies ya sabe dónde y cómo documentarse y legalizarse. Foto superior izquierda: Tejú (Tupinambis teguixin). Aunque suelen ser animales benévolos, desconfía porque además de su fuerza y velocidad, son muy escurridizos. Derecha, Boa constrictor. Alcanzan tallas considerables y como su nombre indica, son especialmente fuertes apretando entre sus anillos debido a la disposición de sus paquetes musculares.
Para manipular un reptil lo primero que debemos tener claro son sus armas. Es una obviedad pero con frecuencia desestimamos partes del cuerpo de un reptil como garras o cola, prestando atención exclusiva a mandíbulas y dientes (Imagen derecha: Physignathus lesueurii. Las garras de saurios medianos y grandes pueden inflingir daño). Del mismo modo que nos fijamos en exclusiva en el aguijón de un escorpion cuando los de cierto tamaño tienen suficiente fuerza en las pinzas como para provocar un inocente pinchazo que desvíe momentáneamente nuestra atención. Nos asustan los tremendos quelíceros de una tarántula que cuando se da la vuelta puede lanzarnos una ondonada de pelos urticantes raspándose el abdomen que no nos matarán pero nos mantendrán entretenidos el tiempo justo para huir o peor aún, plantar cara si el terrario es pequeño. Las estrategias defensivas de los animales a menudo incurren en la “picaresca”, no porque posean una inteligencia destacable pero sí porque forman parte del comportamiento hereditario fruto de la evolución, que además les ha otorgado de mecanismos sorprendentes. La autotomía de los saurios es un gran ejemplo (Pérdida voluntaria de la cola). Hay casos realmente curiosos como las lágrimas de sangre de un Phrynosoma. Otros como el unke (Bombina sp.) o la Natrix natrix se hacen los muertos con una credibilidad sacada del método Stanislavsky. Por no mentar el vaciado de la cloaca de las Natrix sp., Thamnophis sp., Boa constrictor, y un larguísimo etc.. Que no descargan tan solo heces sino vacían unas glándulas cuyo olor a amizcle puede durar días (Casi nadie sabe lo que es el olor a amizcle hasta que le pasa y no se olvida…).
Si decía que hemos de conocer las armas de nuestro reptil, también es bueno conocer las nuestras. La más importante, aparte del “raciocinio” del que tanto nos vanagloriamos, son nuestras medidas y proporciones. La totalidad de los reptiles como su nombre indica, viven se desplazan y calculan básicamente en dos dimensiones aunque sean unos trepadores magníficos, triangulen el lanzamiento de su lengua a cotas mas altas o bajas que ellos mismos e incluso planeen de forma controlada en casos muy concretos. Esto quiere decir que, no te lances por su derecha, izquierda, adelante o detrás pudiendo hacerlo desde arriba. Medimos de media, 150 Cm de estatura, cuatro veces más que el más alto de los reptiles (A excepción de las cobras y grandes tortugas). Foto abajo izquierda, ejemplo de como no debemos sujetar nunca una serpiente:
Cuando lo hagamos, debemos tener muy claro a qué animal nos enfrentamos y mas claro aún que no queremos dañarlo por tanto, el uso de guantes irá restringido a tan solo cuando su capacidad ofensiva lo justifique. Para la mayoría de nosotros, un guante de cuero nos dificulta no solo el movimiento y coordinación de la mano, sino el cálculo de la fuerza que hacemos con ella. Es absurdo ponerse guantes para coger un Eublepharis o una pequeña Thamnophis pues es más alto el riesgo de dañarlos del que nos lastimen. Es imprescindible con boas y pitones y demás culebras de mas de 150Cm (Con cierta experiencia son más un estorbo que una protección), cocodrilos desde los 40Cm y varanos y tejús que sobrepasen los 80Cm así como grandes escíncidos, geckos de cierta talla (Tokai y demás, la estructura de su cráneo es similar a la de una llave de presión. Lo pude comprobar…) y naturalmente y solo en caso de emergencia, cualquier animal que desconozcamos. En el caso de saurios, directamente al cuello y cuartos traseros replegando sus patas sin perder de vista su cola: Poca broma, desde las iguanas comunes hasta en los varanos de cierta talla, la potente musculatura de la cola la convierten en un látigo que alcanza velocidades importantes con una superficie de contacto mínima y áspera que puede producir laceraciones serias.
La manipulación de pequeños lagartos pasa por sujetarlos del cuello – cabeza con el pulgar e índice envolviendo el cuerpo con el resto de la mano sin tocar nunca la cola para que no la liberen (Imagen derecha). Lo mismo haremos con los pequeños ofidios inofensivos. En el caso de serpientes grandes o peligrosas debemos prestar especial atención a la flexibilidad de su cuello y mandíbulas. Si no se tiene la certeza de aferrarla exactamente tras el cráneo sin dejar ni una vértebra del cuello libre, esperamos a que se posicione mejor. En el momento de cogerla se enroscará y ya estaremos tardando en cogerla de su tercio trasero con la otra mano. En el caso de boas y pitones de mas de 300Cm, es necesario que haya una segunda persona dispuesta (Y sobretodo capaz) de buscar la punta de la cola para desenroscarla. Con varanos de 200Cm, exactamente lo mismo. Aconsejo a aquel que tenga boas y pitones de estas tallas disponer una gran palangana llena de agua en la misma estancia permanentemente. En caso de mordedura: Paciencia infinita y mucha sangre fría. Es muy dolorosa y si estiramos nos destrozaremos y la destrozaremos. Brazo o pierna sumergidos y si es inviable y ya consigue envolvernos de ser necesario, soltamos la parte anterior para asegurarnos que le resulte imposible la constricción (Espiral alrededor del cuerpo formando anillos que atenazan progresivamente) buscando inmediatamente la cola para desenroscar de atrás a adelante. Para desenganchar una mandíbula de boa hay que empujar la cabeza contra tu cuerpo, contra todo pronóstico, introduciendo el pulgar por la comisura de la boca y levantando el paladar hacia adelante. El motivo es que su dentición ganchuda tiene forma de garfio y esa curvatura está diseñada para que la presa no escape. Esto es especialmente característico de las serpientes que se alimentan de aves y deben atravesar una gruesa y mullida capa de plumas (Corallus sp.,Morelia viridis, Boas y pitones arborícolas, etc..). Leí en alguna parte y tuve que ponerlo en práctica: Encender un cigarrillo y echarle el humo directamente a las fosetas. Funcionó (Quede claro que no conmigo. Fué un ajuste de cuentas en pleno juego amoroso “mal entendido” entre dosPython molurus. De héroes encantadores de serpientes ya tenemos la televisión llena…).
En cuanto a tarántulas y escorpiones, debemos tener claro que sus reacciones, además de imprevisibles (Las serpientes y varanos casi siempre avisan), van dirigidas a lo que consideran un enemigo y por tanto ahora hablamos de etología. Para una tarántula o escorpion relajados, una mano es un soporte en el que apoyarse o subirse (Imagen izquierda: Un joven y todavía inocente tokai observa a su alrededor sin tener siquiera constancia de que su percha es la mano de un enemigo potencial). Vivimos en mundos diferentes de escalas diferentes. Aquellas especies inofensivas se manipulan tranquilamente con las manos. Las peligrosas con botes de plástico transparente que situaremos encima para pasar cuidadosamente una lámina de plástico entre el recipiente y el vidrio o sustrato (Radiografía vieja, etc…) y en último término fórceps (Pinzas) convenientemente protegidos con algodones y esparadrapo. Son extremadamente frágiles. Una presión ligeramente superior las mata al igual que una caída incontrolada. Sobre la toxicidad de los anfibios, manos libres de heridas, rascadas, abrasiones. Bien lejos de las mucosas (Cara) y nos lavaremos concienzudamente con agua y jabón. De no ser así, guantes de látex siempre nuevos (No son tan caros). Estamos hablando de dendrobátidos. Al manipular sus terrarios, abrimos y esperamos unos segundos antes de respirar el aire del interior (Mejor evitarlo). Un solo caso de enfisema pulmonar conocido y debidamente contrastado con Phyllobates terribilis recién importados. Para coger una rana de tamaño medio lo haremos por el centro del cuerpo desde arriba y con suavidad, inmediatamente se escurrirá y casi siempre lo hará hacia adelante, estirando las patas traseras que sujetaremos ya con firmeza.
Los urodelos del mismo modo con los dos dedos o más y mucha delicadeza (Foto derecha, Triturus sp.). Y por último, comentaré alguna cosa al respecto de las tortugas. Si, he dicho bien. En este alarmante anecdotario también hay lugar para algunas especies de tortugas acuáticas. Chelydra serpentina (Tortuga mordedora) y Macroclemys temmincki (Tortuga aligator) son dos especies muy comunes entre los aficionados y cuya capacidad ofensiva es notable. La primera más pequeña que la segunda pero ambas pueden inflingir mordeduras considerables y ambas disponen de un arma secreta digna de tener en cuenta: Su cuello. La mayoría de accidentes con estas especies en cautividad han derivado de su largo cuello. No podemos cogerlas por los costados de su cuerpo como a la mayoría de tortugas acuáticas aunque su primera reacción siempre es esconder la cabeza. Las cogeremos de la cola pero nunca de la punta sino por su parte mas ancha. Pesan considerablemente y el riesgo de dañarles la cola también es importante y los ejemplares adultos pueden ser manipulados agarrándolos fuertemente de las placas marginales sobre sus patas traseras. Aunque podamos ver en reportajes como se agarran de las placas marginales sobre la cabeza, esa es una práctica de expertos. Del mismo modo y a otro nivel, cuidado con las Trionix sp. y demás tortugas de caparazón blando cuyos cuellos y beligerancia son de sobra conocidos y se cogerán desde atrás como el que sostiene un plato y sin usar guantes pues su piel es muy delicada. Abajo izquierda, modo correcto de sostener una rana con una mano (Rana temporaria).
A estas alturas supongo que a más de uno se le habrán quitado las ganas de adquirir según que animales. No se trata de asustar a nadie, para eso ya tenemos la prensa, sino de tener claras las cosas de antemano. De encontrar el equilibrio adecuado que linda entre nuestra protección y la de nuestros animales y pasa forzosamente por comenzar con especies pequeñas e inofensivas (La inmensa mayoría) para más adelante, pasar a especies de mayor tamaño. Es muy triste observar animales con los hocicos dañados, faltos de colmillos o con estomatitis en la boca por la ineptitud de un supuesto criador que los tiene por capricho o peor aún por mero espectáculo:
No se puede garantizar la seguridad de un animal al que se teme!
IMPORTANTE: A causa de la quitridiomicosis y otras enfermedades de reciente aparición que están diezmando nuestras poblaciones, toda manipulación de anfibios salvajes deberá realizarse con guantes de látex que deberán ser sustituidos tras cada único uso individual.
HERRAMIENTAS Y ÚTILES
A la hora de manipular animales disponemos de herramientas muy útiles. Ahora ya son fáciles de conseguir pero algunas en su día, nos las teníamos que construir nosotros mismos. Hoy ya encontramos en el mercado ganchos, mordazas y todo lo necesario:
PINZAS: Grandes, pequeñas, de metal, plásticas son herramientas muy útiles para alimentar, retirar excrementos pero en absoluto para manipular animales. Las usamos para extraer garrapatas, espinas y astillas y en algunos casos para abrir fauces (Cosa de veterinarios).
FÓRCEPS: Sustituto de las pinzas. Bien acolchados con algodones o gasas y esparadrapo son un instrumento bastante utilizado en manipulación de animales peligrosos. Es difícil controlar la presión cuanto mas largos son y no recomiendo su uso a principiantes.
GANCHOS: Los hemos visto en reportajes y películas hasta la saciedad. Herramienta útil que siempre deberá tener la punta roma y que usamos para manipular serpientes cogiéndolas de la zona central y elevándolas.
“MORDAZA”: Herramienta que nunca he utilizado pero muy común y que se apoya sobre el cuello del animal, una tira de goma o cuero le da flexibilidad impidiendo el movimiento. Personalmente lo considero un método agresivo no exento de peligro para las vértebras del animal.
BÁSCULA DE PRECISIÓN: Instrumento de medida muy útil para verificar periódicamente los pesos de nuestros animales. Todas llevan ajuste de tara con lo que los podemos alojar en recipientes tarados para pesarlos.
TUBOS DE MEDIR: En metalacrilato, plexiglás, etc. Es mas un útil que un instrumento que usamos para medir ofidios. Introduciéndolos, quedan inmovilizados. A veces envolvemos el tubo en sacos de tela para que se introduzcan solas.
SALABRE: Imprescindible en la manipulación de fauna acuática, lo usamos para las larvas de anfibios, anfibios acuáticos, alimento vivo y para filtrar la arena del desierto (Limpieza).
PINZAS TELESCÓPICAS: Muchos modelos y marcas. Concebidas para otros usos, resultan muy útiles para manipular reptiles. Las de calidad permiten un control preciso de la presión resultando muy seguras.
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