Preparar el agua
-”Página introductoria, ya entraremos más a fondo…”-
PREPARAR EL AGUA: CORRECIÓN DE VALORES
Aún no hemos pasado el trago del capítulo anterior y ya tocamos con otro “hueso”. El tratamiento del agua es un tema fundamental en el acuarismo por poco pretencioso que sea nuestro proyecto. Antes de nada, hemos de tener muy claro qué tipo de acuario vamos a montar y cuál será el origen del agua que pondremos.
Si has entendido lo anteriormente descrito, te resultará bastante fácil asimilar todo lo que viene a continuación. Si no es así, vale la pena que te documentes o acudas a tu comerciante de confianza.
El agua con la que llenamos el acuario puede proceder de diversos orígenes. Lo primero es analizar el agua del grifo con un kit de reactivos de pH y dGH (Siguiente tema, ya entraremos). En su defecto, puedes llevar una muestra de agua al comercio más cercano en un recipiente inocuo. Puede servir un bote de muestra de orina comprado en la farmacia. El traslado debe ser breve.
En la mayoría de grandes ciudades el agua de suministro procede de pantanos y por tanto acostumbra a ser dura y ligeramente alcalina. Si nuestro acuario requiere un agua blanda y algo ácida, habrá que descartar el uso íntegro del agua de red. Reducir el pH del agua no debería ser un problema si usamos un reductor comercial o diluimos ácido ortofosfórico (Dilúyelo porque es corrosivo) en agua. Hemos de tener en cuenta que reducir el pH de un agua muy dura es difícil, porque el origen de la alcalinidad viene en parte de los minerales disueltos.
En estado natural se encuentran aguas de toda naturaleza imaginable pero en acuarística no me he encontrado nunca con la necesidad de un agua dura y ácida (Afortunadamente). Con esto quiero decir que es mejor ajustar dureza primero para equilibrar pH después. Por qué? Porque dentro de la dureza total (GH) encontramos como componente principal a los carbonatos (KH) y estos determinan el pH. Es algo que convendrá recordar.
Bien, si no podemos usar agua de red, se plantean varias alternativas. El agua embotellada de mineralización débil puede ser muy útil si la analizamos previamente. También podemos usar agua desionizada (Frecuentemente mal llamada destilada) o auténtica agua destilada que es carísima. Ambas han sido tratadas por procedimientos diferentes (Ver Tratamiento del agua) y en ambos casos su dureza total debiera ser prácticamente cero. Otra posibilidad totalmente descartable en los grandes núcleos urbanos o industriales es recoger agua de lluvia (Que siempre filtraremos con carbón activo). Esta es ideal en las zonas rurales y como vimos en el capítulo anterior, su dureza es casi nula y su pH neutro (7). Lamentablemente la lluvia ácida está llegando cada vez más lejos y analizar la contaminación requiere de laboratorio.
Equipo de ósmosis inversa doméstico. Diseñado para uso fitosanitario, se ha convertido en la mejor manera de adecuar agua pura para el acuario. En azul, entrada agua de red. En rojo, salida de agua residual (Salmuera). En blanco, agua pura. De arriba a abajo (Cartuchos): Carbón activo, resinas de intercambio iónico y rejilla de ósmosis inversa. Si estás interesado en reproducir peces disco, cíclidos enanos y demás especies delicadas, ésta es la mejor alternativa y la amortizarás en pocos meses. Si ya hemos escogido el agua y tenemos que endurecerla, nada más fácil que añadir pequeñas dosis de agua del grifo, bicarbonato sódico o complejos salinos comerciales, esperar y volver a analizar.
Si por el contrario, vamos a mantener peces rojos (Carassius auratus) que viven en el curso bajo de los ríos y su tolerancia a las aguas duras y alcalinas es excelente, usaremos ese agua de red que habíamos descartado anteriormente. (Imagen: Oldhag. DP.) Pero cuidado. El agua corriente está sometida a un riguroso control bacteriológico y por tanto, es desinfectada con la adición de cloro. El cloro se puede eliminar dejándola reposar veinticuatro horas en un lugar ventilado. Las cloraminas tardan mucho más.
Existen en el mercado anticloros muy efectivos como lo es una solución de 100 gramos de tiosulfato de sodio en 975 ml de agua de la cual añadiremos una gota por litro. Si no lo eliminamos, el cloro se fijará a las branquias matando a los peces de asfixia. Ya hemos avanzado algo y de hecho, para la mayoría de montajes tenemos los datos necesarios en lo que respecta a química de aguas.
Son muchos los parámetros que nos quedan por ver pero la mayoría intervienen en el agua salada. Tenemos unos cuantos temas pendientes relacionados con este capítulo pero conviene ser ordenado y hablaremos de ellos en el apartado “acuarios- filtración“.
Ahora pasaremos a la práctica y explicaremos de otro modo más comprensible como se lleva a cabo todo esto. Este tema lo trataremos mucho más de cerca en “Tratamiento del agua de origen” y “Mantenimiento de parámetros“
Ir a “Analizando aguas“
Volver a “EL AGUA“