Recuperando vidrio

Recuperando viejas puertas y ventanas

 

Desde que apareció hace ya muchos años la carpintería de aluminio, paulatinamente está sustituyendo a la tradicional de madera. Esto supone la retirada de las viejas ventanas y puertas con destino a las plantas de reciclaje. Este puede ser un buen suministrador de vidrio de segunda mano.

Los espesores acostumbran a rondar los 5-6mm, suficientes para fabricarse acuarios de hasta 80l. estándar (80x30x40Cm y un tirante aunque pueden ser perfectamente de 120l.: 100x30x40Cm atirantados, pero deberemos ser diestros).

Siendo adolescente, me nutría de viejas ventanas y puertas para hacerme mis acuarios y terrarios. Como siempre en estos casos, sustituimos la inversión económica en tiempo y trabajo.

Resulta francamente sencillo desmontar los vidrios y prepararlos:

 

Vamos a necesitar

 

-Naturalmente, las puertas y ventanas o cristaleras a reciclar…

-Un “cutter”.

-Un rascavidrios con cuchillas nuevas.

-Cinta métrica.

-Unas tenazas (No siempre).

-Un destornillador para hacer palanca.

-Alcohol de quemar, en ocasiones disolvente y muy raramente, ácido decapante.

 

“Desmontaje paso a paso”

 

Lo primero, medir todo lo que hemos conseguido para calcular el despiece, revisar posibles arañazos o fisuras (Sobretodo en esquinas) y planificar los futuros cortes de modo que no nos encontremos con cortes inferiores a 20mm (Muy complicados de hacer).

 

1- Son mayoritariamente dos los sistemas con los que se fijan tradicionalmente los vidrios a las ventanas. Uno es con masilla, tras haber fijado el vidrio al marco con pequeñas puntas. Este sistema presenta más problemas pues deberemos extraer la vieja masilla con un destornillador haciendo palanca para liberar la zona de las puntas y extraerlas con las tenazas. Si puedes escoger, evita estas ventanas porque tienen más trabajo. Yo lo he hecho a menudo y tampoco es grave… aunque es fácil desportillar el canto del vidrio.

El otro sistema pasa por fijar directamente el vidrio al marco con unos pequeños listones de canto redondo o romo llamado comúnmente “junquillo” y que va, tras siliconar o enmasillar un poco para evitar vibraciones, clavado a la estructura de la ventana con puntas. Este es el caso de la imagen, pero como es tan antigua y está tan deteriorada, ya ha sido reparada con masilla posteriormente, por eso nos viene bien como ejemplo.

 

 

2- Ahora toca delimitar cortando con el “cutter” todo el perímetro de los junquillos. Hay que separar mediante un corte más o menos profundo las viejas capas de pintura. Del mismo modo, la unión en esquina de los listones también deberá cortarse con cuidado de no rallar el vidrio. Es sencillo y conviene esmerarse.

 

 

 

 

3- Es el momento de separar junquillo de vidrio cortando la pintura-silicona con el rascavidrios con sumo cuidado también de no rallar. Fácil.

 

 

 

 

 

4- Ya podemos ir arrancando los junquillos. Debemos hacerlo paralelamente al vidrio para no doblar los clavos y protegerlo. De ir la cosa bien, saldrá el junquillo con sus clavos pero en un caso tan terrible como este muchos clavos quedarán en la estructura debido al óxido e incluso romperemos el junquillo, no es grave.

 

 

 

 

5- Ahora retiraremos delicadamente los clavos que no hayan salido. Puede ser interesante apoyar en el vidrio una lámina de vinilo o plástico separador de carpetas (Yo lo hacía “a la brava” pero claro, con herramientas como ésta… Je, je.).

 

 

 

 

6- Hay que darle la vuelta a la ventana con sumo cuidado de que no caiga el vidrio. Habremos protegido a este con una manta vieja arriba y debajo (Envolviendo la ventana). La parte de los junquillos ya retirados nos queda debajo y presionamos el vidrio con un listón, regle o similar sobre la manta hasta que caiga. Es un momento delicado. Si la parte externa presenta masilla o silicona (El lado en el que no hemos trabajado) pues eso, más de lo mismo!

Ya podremos limpiar con la rasqueta los restos de pintura. Si cuesta mucho, alcohol de quemar primero y si persiste, ácido decapante (Usar guantes). Ya tenemos un vidrio en bruto sobre el que trabajar que, aunque nos ha dado un poco de trabajo, nos ha salido gratis.

 

 

Ojo! La faena no acaba aquí! Ahora hay que devolver al punto de reciclado toda la madera que conformaba la puerta o ventana!

 

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