Riera St. Privat

Si el trazado del Fluviá lo decidiera el caudal, a este río le correspondería el nombre. Es el hermano mayor del que describimos en los nacimientos. Y salvo por el volumen de su cauce, serían gemelos.

No voy a entrar de lleno en descripciones pues nace del mismo modo, se precipita en una conocida cascada temporal (Salt de Sallent) de un aún más conocido valle llamado St. Privat de Bas.

De naturaleza cárstica, también posee cauces subterráneos que lo hacen crecer, menguar y hasta en algunos tramos casi desaparecer. En su corto recorrido va recibiendo multitud de pequeños torrentes de aguas impecables y libres de contaminación que nos reservan todavía alguna sorpresa que da lugar a la esperanza…

Marcado por una fuerte estacionalidad, es el primer aporte regular y permanente del Fluviá y esto proporciona refugio estable a los barbos de montaña y ocasionalmente alguna trucha. También veremos multitud de larvas de anfibios (Bufo bufo, Alytes obstetricans…) e incluso adultos de Calotriton asper (Tritón pirenaico)

Remontando…

Esta vez, vamos a recorrerlo de abajo a arriba. Confluye en el centro de la Vall d´en Bas tras haber recorrido unos diez kilómetros salvando un desnivel de más de 600 m. Aquí en el valle es poco aparente pues transcurre parcialmente bajo tierra y aún así ya posee un pequeño bosque de galería rodeado de cultivos.

Nos acercaremos a la Vall de St. Privat, allí empezaremos el ascenso. (Imagen: ICC)

A ratos visible, en ocasiones bajo tierra el cauce tan solo nos indica a base de altos taludes el gran caudal que en ocasiones transporta. Nos dirigiremos remontando al oeste hasta llegar al bonito núcleo de St. Privat. Allí ya es un río en condiciones (El mundo al revés, ya hablaremos)

Se precipita a menudo escalonadamente formando grandes pozas que pueden alcanzar ya cierta profundidad.

La naturaleza calcárea de su geología le aporta aguas duras y alcalinas y la baja presencia de nutrientes mantiene a raya el afloramiento de algas.

En las zonas poco iluminadas predominan las diatomeas marrones y en las fuertemente insoladas encontramos filamentosas.

En suspensión, aparecen unicelulares que otorgan en zonas profundas un color verde-turquesa al agua. Esta característica cromática es propia de los cauces cársticos e intervienen tanto las altas concentraciones de carbonatos en disolución como la presencia de fitoplancton. No encontramos macrófitas acuáticas todavía, ni tan siquiera plantas flotantes.

Las cosas del camuflaje. Cuando disparé esta foto juraría que habían más pero ahora tan solo veo un barbo de montaña… Lo ves?

El lecho

El suelo está conformado por guijarros y cantos exclusivamente calcáreos de dimensión variable. En la zona media de la riera ya están muy erosionados:

El talud de ribera

El talud de ribera, muy marcado a causa de la fuerte erosión derivada de la pendiente es variable pero predominan la roca viva así como las grandes rocas, a menudo enormes entre las cuales la vegetación de ribera se esfuerza por prosperar.

Ocasionalmente encontramos grandes losas libres de guijarros a causa de las corrientes formando terrazas.

La oxigenación

Algo poco aparente en las imágenes que voy añadiendo por ser las burbujas poco fotogénicas (En mis manos, claro…) pero que conviene comentar. Conforme ascendemos en altura y los desniveles se hacen más pronunciados, la oxigenación aumenta por dos motivos. Uno lógicamente son los saltos de agua y el otro es su aún baja temperatura. A menor temperatura, mayor concentración de oxígeno en disolución.

Esta elevada presencia de oxígeno y la oligotrofia (Carencia de nutrientes) son una característica común a todos los tramos altos de la zona y definen y condicionan la fauna y flora lo que determina también el paisaje subacuático (Ausencia de plantas acuáticas, escasez de algas y presencia de invertebrados de elevados requerimientos en oxígeno)

Al igual que ocurría en los nacimientos, iremos ascendiendo en altura hasta encontrar una barrera infranqueable. De nuevo el tremendo corte fruto de la elevación de la plataforma sedimentaria que se manifiesta en la cascada habitualmente seca, del Salt de Sallent. Lamentable imagen pero no tengo otra…

Hemos alcanzado cierta altitud y aunque el cauce principal aquí aparezca seco con frecuencia, la naturaleza cárstica del terreno permite los aportes de multitud de afloramientos de agua en forma de pequeños torrentes en su mayoría permanentes, que alimentan el cauce.

En estos pequeños cursos adyacentes el agua es de una gran pureza, fría y muy oxigenada y sus biotopos nos reservan alguna que otra sorpresa…

Prácticamente recluido, más bien acorralado ante la pérdida de calidad del agua y sobretodo, a causa de una “guerra biológica” contra un extraño agente venido de otros lares, pude encontrar a este fenómeno:

Si, es un cangrejo de río autóctono (Austropotamobius pallipes). Una joya en serio peligro de extinción que antaño fue tan abundante que formaba parte de la gastronomía de la zona. Recuerdo de crío las cacerías por los arroyos en las que llenábamos cubos para que en casa nos los cocinaran (Qué bien nos vendrían ahora unos cuantos de esos cubos para repoblar los tramos más altos de muchos arroyos).

Este feliz encuentro se produjo en julio del 2014. Hacía treinta años que no veía uno y tan solo encontré eso, un macho… Hoy se que no fue casual, ahora lo comentaremos.

Y qué andaba haciendo este jovencito en ese momento? Pues cosas de cangrejos, recorrer los lechos de hojas y ramas acumulados en el fondo para alimentarse de invertebrados y todo tipo de detritus entre los que se camufla fenomenalmente.

La Riera de St, Privat en vídeo

Un pequeño clip que nos muestra con detalle parte de la vida subacuática de este hermoso afluente permanente. Aconsejo verlo en HD:

Visita el canal de Youtube de Zootecnia Doméstica >

Esta es una especie que se encuentra en una difícil situación. Ha desaparecido de la mayoría de cauces en los que habitaba allá por los años setenta. Esta recesión no es local pues su área de distribución es muy amplia en territorio europeo y en toda su área padece de los mismos problemas.

Requiere de aguas muy limpias y libres de sustancias contaminantes como los metales pesados pero es que además se encuentra en plena lucha biológica. Una vez más la introducción de especies exóticas invasoras se revela como el principal obstáculo en su recuperación. En contra de lo que habitualmente se piensa, no parece tratarse de una simple competencia por un mismo nicho por parte de dos especies sino de una cuestión sanitaria (O veterinaria). Las especies norteamericanas de cangrejos de agua dulce introducidas (Ya tenemos dos en el Fluviá: El cangrejo señal y el cangrejo rojo americano, imagen izquierda) son portadoras de un patógeno (Hongo) al que son inmunes llamada afanomicosis y que está provocando estragos en nuestra especie local.

Es cierto que acostumbro a ser crítico con las administraciones en materia medioambiental pero en ocasiones hay que ser consecuente y hacer honor a la verdad. De nuevo se nos plantea una contradicción, mientras unas competencias aceptan como eficientes sus plantas de depuración de aguas ante una evidente degradación de parámetros, otras luchan contra viento y marea para salvar a esta especie.

Mi feliz encuentro con esta bestia no fue casual pues poco tiempo después pude saber de la labor del Centro Reproductor de Cangrejo de Río Autóctono de Olot. Una vieja piscifactoría truchera acondicionada para este fin y que ha producido varios miles de ejemplares que de forma muy estudiada se han venido liberando en tres campañas. En el año 2014 se destinó una partida para mejorar y ampliar las instalaciones con el propósito de multiplicar por diez la producción. Los ejemplares reproductores proceden de tres cuencas próximas y se han tratado separadamente para conservar al máximo su dotación genética. No puedo decir mas que: Buen trabajo!