Filtro de teja

Filtro de teja, de goteo

Hoy en dia “prácticamente extinguido”, no podía faltar aquí el antiguo filtro de teja, de goteo o de lluvia. Fue un sistema frecuente que tuvo gran importancia en la historia de la acuariofilia por ser sin saberlo, el precursor del arrecife holandés. Por aquel entonces se desconocía la existencia de las bacterias nitrificantes y por tanto la filtración seca. Este era un sistema que pretendía ocultar el filtro de la visión del acuario. Ciertamente lo conseguía en aquellos acuarios con armazón metálico cuyas aristas de cierto tamaño proporcionaban cierto espacio sobre la superficie del agua.

El principio era el de una filtración mecánica y química obviando la biológica con la sana intención de oxigenar el agua con una lluvia constante sobre su superficie. Si, era un sistema ruidoso con salpicaduras constantes que dejaba restos de cal por doquier. Tal vez su mantenimiento junto con el ruido constante lo relegaron a un segundo plano. El funcionamiento es bastante simple. Una bomba (En algunos casos un compresor con uno o varios difusores) hace subir el agua para después dejarla caer sobre una serie de cestas o bandejas perforadas en las que se ubican las materias filtrantes.

Detalle esquemático de un filtro de teja. Se puede observar una barra difusora que descarga sobre las bandejas perforadas que contienen en este caso foamex, perlón y carbón activo para luego descargar sobre la superficie del agua en forma de lluvia. Sin duda tuvo que poseer cierta capacidad nitrificante pero ni los materiales eran los adecuados ni estaban dispuestos de forma correcta para permitir el mantenimiento de una flora bacteriana eficaz.

Fueron los holandeses, mucho tiempo después, los que concibieron el “arrecife holandés de bandejas” basado exactamente en el mismo concepto técnico que no biológico, dándole a los materiales adecuados la porosidad y espacio necesarios para que por capilaridad el agua no quedase constantemente retenida entre las partículas oxigenando vigorosamente las materias y fomentando una importante colonia bacteriana.

Aún con todo, si dispones de espacio en altura y ya conociendo el funcionamiento del “seco elevado”, puedes por muy poco dinero montar un filtro de alto rendimiento:

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