Nomenclatura
Nomenclatura
Cuando estando de vacaciones, en una comunidad autónoma diferente de la nuestra y sin salir del mismo estado, decidimos ir a la pescadería, probablemente nos encontremos con la sorpresa de que los mismos peces que compramos en casa aquí se llaman de otra manera. Si en la sobremesa, compartida con gente del lugar, nos ponemos a hablar de setas, la cosa se complicará bastante. Si la sobremesa se alarga y hacemos buenas migas con los turistas franceses de la mesa de al lado, lo más probable es que acabemos hablando de cine, fútbol o cualquier otra cosa. Porqué? Simplemente porque Leo Messi y Leonardo Di Caprio se llaman así en cualquier lugar del planeta.
1-Lagartija. 2-Lagarto. 3-Dragón. 4-Bicha. 5-Escuerzo. 6-Galápago. Sí, pero cuál?. Así no hay quien se aclare…
Cuando hablamos de especies animales y vegetales con frecuencia perdemos mucho más tiempo en tener claro de qué hablamos que en comprender el contenido del mensaje que pretenden darnos. Podemos llevar un rato conversando sobre un animal y sin saberlo todavía, cada uno habla de una especie distinta. Con mucha frecuencia utilizamos términos comunes aceptados universalmente como rana, sapo, escuerzo, dragón, gusarapo, galápago, bicha y un larguísimo etc… Todas son denominaciones del lenguaje común que carecen de rigor científico y por tanto imprecisas en el momento que hablamos de especies. Claro que en la gran mayoría de conversaciones la especie importa poco y por lo tanto, ya son útiles y realizan su función.
En nuestro caso, tenemos la necesidad de llamar a las cosas por su nombre. Pero cuál, porque hay varios para casi cada especie. Si llaman serpiente real a una culebra estadounidense, un español no sabrá de que estamos tratando pero si nos dicen Lampropeltis getulus ya es otra cosa… (Je, je…). O al menos, en pocos minutos podremos documentarnos de qué se trata.
Sin ir más lejos, en Cataluña tenemos un ánguido (Lagarto ápodo, sin patas) cuyo nombre científico es Anguis fragilis y, dependiendo de la provincia e incluso comarca catalanas se llamará (En catalán, obviamente ) “Serp de vidre”, “Vidriol”, “Noia”, “Nina” o “Llisseta”.
En castellano lución, etc…
No bromeo, todos esos nombres son de uso común en los países catalanes y por tanto útiles hasta que salimos de nuestra comarca, provincia, incluso valle…
Se llama taxonomía a la ciencia que ordena y nombra las especies animales y vegetales de modo sistemático y sistemática es sinónimo de taxonomía. No vamos a entrar de lleno en la taxonomía más allá de los tres términos por animal que necesitaremos para entendernos con cualquier aficionado a lo largo y ancho del planeta. Sí, el nombre científico es el esperanto (Lengua universal) de la zoología y se basa en la nomenclatura binomial de Linneo:
Todos los organismos están de uno u otro modo emparentados y a la hora de nombrarlos seguimos un orden que, además de diferenciarlos de los demás nos proporciona su estatus o lugar en esa clasificación.
Un ejemplo: -”Te has enterado que el bisabuelo de tu suegra combatió en la guerra con el abuelo materno de mi vecino El Chato mayor? Si, de los Chatos de arriba, eh?.
Bromas aparte, este ejemplo característico del centro y este de la península ilustra lo complejo que es situar el parentesco entre personas de una misma comunidad y seguramente se entendería mejor si usáramos el nombre, apellidos y generación de cada individuo, teniendo en cuenta que estaríamos hablando de “especímenes” y no especies. Eso es lo que hacemos con el nombre científico, que se descompone ya en último término en GÉNERO – ESPECIE – SUBESPECIE.
De ese modo, cuando decimos Lampropeltis getulus californiae (Serpiente real de California):
-Lampropeltis: Género que agrupa a muchas especies y si leyéramos Lampropeltis sp., se traduciría como “Una especie de lampropeltis”.
-Lampropeltis getulus: Género y especie. Ahora estamos aportando el nombre exacto de una especie (Serpiente real).
-Lampropeltis getulus californiae: Vaya y ahora definimos el lugar de orígen? No necesariamente aunque en este caso sí, solo que ahora hemos añadido la subespecie (Raza, variedad). La tercera palabra designa la subespecie que a menudo es una variedad geográfica, como en este caso cuya “traducción” sería Serpiente real de California. Como existe Lampropeltis getulus floridana (De Florida), pero también tenemos Lampropeltis getulus holbrooki (…de Holbrook, apellido.)
Serpiente real de california morfo rallado =Lampropeltis getulus californiae “stripped”. El calificativo “stripped” no corresponde al nombre científico y es costumbre entre aficionados añadir un “mote” cuando hacemos referencia a un morfo, en este caso del dibujo, que nos diferencia una misma subespecie entre “anillada” y “rallada”. A la derecha, Lampropeltis getulus californiae “anillada”. Ocurre también con alteraciones del color como el albinismo, hipomelanismo, etc…
Es bueno saber que solo raramente dos especies diferentes de un mismo género serán genéticamente compatibles y de serlo, su descendencia será en la mayoría de casos estéril. Sin embargo, la mayoría de subespecies de una misma especie son compatibles genéticamente dando lugar a crías fértiles cuya apariencia se asemejará a uno u otro progenitor y su descendencia genética será poco menos que imprevisible (Porcentualmente sí) pero también fértil (Leyes de Mendel. Genética, esa es otra historia…)
Menudo rollo no? Pues es más que interesante entender que cada especie tiene nombre y apellidos. Su nombre y apellidos no sólo nos la diferencia de otras especies sino que nos indica su lugar en el complicado mundo del parentesco y por último, diferenciamos nombre común de científico porque éste último por convención siempre se escribe en cursiva: Culebra del maizal = Pantherophis guttatus. A que no es tan complicado?.
Bueno vale, pero ¿Porqué son tan ajenos y difíciles de recordar los nombres científicos? El nombre científico se “latiniza” (“Traduce” al latín) y no es casual. Recurrir al latín puede parecer retrógrado o desfasado pero mantiene raíces con muchas lenguas hoy vigentes y resultando raro, lo es algo menos en buena parte del planeta.
Los nombres cambian? Sí. Muchas especies se someten a revisión regularmente por parte de zoólogos que se esfuerzan en que se reubiquen con el mayor rigor posible. En ocasiones aparece una especie nueva y con frecuencia se le nombra con el término que designa su descubridor latinizado ya sea el suyo, el de su consorte o su hija… De ello resultan nombres como ramirezi, tomasi, werneri, smithi, reindharti, etc… Cuando una especie se revisa, se le cambia el nombre y desgraciadamente observaréis algunos términos caducados en este trabajo como Chondropython viridis que ahora es (O igual ya no) Morelia viridis. En este caso es el género el que ha sido revisado. Lamento profundamente no estar lo suficientemente al día en esta cuestión.
A menudo se hace referencia al nombre antiguo para evitar errores, este se indica entre paréntesis: Culebra del maizal = Pantherophis ( Elaphe) guttatus (guttata).
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